Fabio Melecio Palacios
Vive y trabaja en Palmira (Valle). Estudió artes plásticas en el Instituto Departamental de Bellas Artes, Cali. Ha participado en varias exposiciones colectivas entre las que se reseñan: Primera Bienal Internacional de Fotografía,Medellín, Sala Suramericana (1998); XVIII Salón de Arte Joven, Galería Santafé, Bogotá (1999); lll Festival de Performance, Grupo Duo-Deno, Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali (1999); Primeros premios Salones Nacionales 1940¬1998, Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali (2000); VI Salón de octubre, Banco de la República, Cali (2002); XI Salón Regional de Artistas, Helena Producciones, Cali (2005).
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No todo es igual, no todo tiene la misma significación |
La preocupación de Fabio Melecio en su trabajo es la de poner en tela de juicio los tabúes, los clichés, los prejuicios y la estigmatización social del "negro". No todo es igual, no todo tiene la misma significación retrata jóvenes negros marginales y los confronta directamente en vivo con el espectador; el malo, el feo, el indeseable, son estereotipos peyorativos de representación del joven negro que el espectador lee por el lenguaje superficial de las apariencias.
La obra 'BMR (Bamba, Martillo y Refilón)' ganó Premio Luis Caballero
El artista Fabio Melecio Palacios fue el autor de la obra que rinde homenaje a los corteros de caña.
"Resaltar la labor de los corteros de caña de azúcar, pero haciendo que el espectador sintiera la amenaza y los riesgos permanentes: cortarse, enfrentarse con animales venenosos, cansarse hasta más no poder, tener que seguir haciendo esfuerzos y saber que hay que terminar. Esa era la idea central del proyecto que presenté", dice Fabio Melecio Palacios, a propósito de la obra BMR (Bamba, Martillo y Refilón).
Original de Barbacoas (Nariño), este artista de 36 años se llevó el VI Premio Luis Caballero, edición 2012, que se entregó el pasado viernes en la sede temporal de la Galería Santafé, pues en su actual espacio del Planetario ya no volverá a presentarse ninguna de las muestras participantes en el premio.
BMR (Bamba, Martillo y Refilón) surgió como un homenaje a su padre, experto en cortar caña y acompañante fiel del proyecto, pues el artista hizo una instalación en la que llenó el techo de machetes y afiladores, que colgaban dándole un aire de cañaveral a la sala, a lo que le añadió un video de las plantaciones y un performance, en el que participaron su padre y dos corteros más que se dedicaron a afilar sus machetes durante la muestra.
Todo ello con el fin de "incluir una nota melodiosa; es decir, el sonido del afilado, del roce de la piedra con el acero, porque eso da algo de nostalgia, de sentimiento de pertenencia a lo cultural y a lo afro, pues la mayoría de los corteros son afrodescendientes", sostiene el artista, para quien el afilado es una síntesis de su trabajo y el de su padre.
Desde antes de saber que sería suyo el galardón, uno de los más importantes que se conceden en país, Palacios aseguró que participar fue un reto muy grande: "Me sentí muy afortunado, soy el primer artista afro que ha hecho parte de la muestra y era una meta lograrlo. Solo por eso, ¡alabado sea Dios!".
Los participantes
Ocho artistas, mayores de 35 años, fueron seleccionados por la Secretaría de Cultura de Bogotá y el Instituto Distrital de las Artes para participar en la sexta versión del Premio Luis Caballero, uno de los más importante de las artes plásticas en el país.
Los ocho ganaron convocatorias 'Bogotá tiene talento' y fueron: Camilo Restrepo, por su obra 'Figuritas en el suelo'; 'Murmur(i)os', de Mauricio Bejarano; 'Materia gris o la persistencia de la memoria', de Libia Posada; ' Memoria y taxonomías del vacío', de Carol Young; 'Versión libre', de Clemencia Echeverri; 'Voy a hacer un horizonte para tu espacio', de Denise Buraye, y 'La flor caduca de la hermosura de su gloria', de Wilson Díaz.
Fabio Melecio Palacios
Nació en Barbacoas hace 36 años. Los primeros 5 años de su vida se vió arrullado por el rumor del río Telembí y los cantos de las aves silvestres en los montes circundantes. Fue una infancia feliz, pese a las privaciones y la pobreza.
Estas mismas circunstancias impulsaron a su padre a trasladarse al Valle del Cauca, para buscarse el sustento en uno de los oficios más exigentes del mundo: cortero de caña. Con él su familia, entre la que se contaba el pequeño Fabio Melecio.
Vió a su padre afilar el machete todas las mañanas, antes de trasladarse al corte, y llegar agotado a la casa, cuando caía el sol. También lo vió trastearse de ingenio en ingenio, pues el trabajo nunca era estable. Y vió a muchos hombres más dedicarse al mismo trabajo agobiante y pasar penurias a fin de mes, porque la plata de los salarios no alcanzaba.
Por fortuna encontró en el dibujo y en los talleres que se dictaban en la Casa de la Cultura de Palmira, un espacio para dar rienda suelta a su creatividad y salida a su talento. Complementó aquello con estudios formales de artes plásticas en el Instituto Departamental de Bellas Artes, en Cali y también se empleó como obrero en una fábrica de icopor en Palmira, la ciudad donde reside.
Con algo de formación académica por su paso por el Idba y mucho de autodidacta, fue atraído por la obra conmovedora y la vida azarosa de Vincent van Gogh. Participó en algunas convocatorias artísticas, con buen suceso. Entre ellas los Salones regionales de Arte, el Salón de Octubre y los Festivales de Performance en Cali. Pero no podía dejar de escuchar los sonidos de los machetes al ser afilados por los corteros de caña, cuando salía el sol. Metal contra piedra, en una melodía estremecedora.
Aquellos sonidos íntimos, que le pertenecían porque eran los que su padre hacía antes de salir a trabajar, finalmente se impusieron y lo llevaron a componer una obra que llamó Bamba 45, y que alude al pesado machete que acompaña a los corteros. De allí, de un sonido ancestral y de una idea persistente, trabajada durante años, viene la obra BMR (Bamba, Martillo y Refilón) con la que Fabio Melecio Palacios logró varios milagros: ser escogido como finalista del Premio Luis Caballero, para muchos críticos el más importante del país en el terreno de las artes, y luego ser el ganador absoluto, poniendo de acuerdo a todo el mundo.
Un orgulloso Fabio M. Palacios recibió el pasado 16 de diciembre de 2011 el galardón principal. Con ello se convirtió en el primer vallecaucano en ganar el prestigioso premio y también en el primer afrodescendiente en hacerlo. Comenzó a escribir historia en el mundo de las artes visuales colombianas.
A mi manera de ver, éste fue el acontecimiento cultural más importante del año que pasó, en Colombia. Y, aunque lo sabemos barbacoano, es un síntoma de que el arte vallecaucano tiene el potencial suficiente para volver a la vanguardia artística del país, como ya lo hizo en las décadas encantadas de 1950 y 1960, con María Therereza Negreiros, Lucy y Hernando Tejada, Jan Bartelsman y Omar Rayo, entre otros.
Ya teníamos a Oscar Muñoz, uno de los mejores del mundo, y ahora tenemos además a Fabio M. Palacios, uno de los mejores de Colombia.
Ojalá las principales galerías de Cali, entre ellas La Tertulia, nos den la oportunidad de apreciar Bamba, Martillo y Refilón, en las mejores condiciones.
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Barbacoa, Nariño (1975) Estudios Maestro en Artes Plásticas, Inst. Departamental de Bellas Artes de Cali; 1998: Seminario Taller de Fotografía, Maestro Femell Franco, Instituto Departamental de Bellas Artes, Cali; Seminarios “Logística de montaje para las artes plásticas”, maestro Carlos Blanco y “Nuevas tendencias en la enseñanza del arte”, maestro Luís Camnitzer; 1995: Instituto Departamental de Bellas Artes. Principales exposiciones 998: Primera Bienal Internacional de Fotografía, Sala Suramericana, Medellín; 1999: III Festival de Performance, Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali; VIII Salón de Arte Joven, Tercera Propuesta Curatorial 450 km, Galería Santafé, Bogotá; 2000: Terror y Escape, Cámara de Comercio, Cali, Helena Producciones; 2003: II Salón Nacional de Fotografía, Comfandi, Cali. Distinciones 2001: Tesis Meritoria, Banco de la República, Cali; 2002: Tercera Mención VI Salón de Octubre, Banco de la República, Cali; 2004: Mejor Trabajador 2004-2005, Acopi, Cali. Tomado de 40 Salón Nacional de Artistas, Panamericana Formas e Impresos S.A., 2006 | |
Vive y trabaja en Palmira (Valle). Estudió artes plásticas en el Instituto Departamental de Bellas Artes, Cali. Ha participado en varias exposiciones colectivas entre las que se reseñan: Primera Bienal Internacional de Fotografía, Medellín, Sala Suramericana (1998); XVIII Salón de Arte Joven, Galería Santafé, Bogotá (1999); lll Festival de Performance, Grupo Duo-Deno, Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali (1999); Primeros premios Salones Nacionales 1940¬1998, Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali (2000); VI Salón de octubre, Banco de la República, Cali (2002); XI Salón Regional de Artistas, Helena Producciones, Cali (2005). La preocupación de Fabio Melecio en su trabajo es la de poner en tela de juicio los tabúes, los clichés, los prejuicios y la estigmatización social del "negro". No todo es igual, no todo tiene la misma significación retrata jóvenes negros marginales y los confronta directamente en vivo con el espectador; el malo, el feo, el indeseable, son estereotipos peyorativos de representación del joven negro que el espectador lee por el lenguaje superficial de las apariencias. Tomado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/viaje/viaje8.htm | |
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Con la caña se fue el Luis Caballero La obra ‘BMR (Bamba, Martillo y Refilón]’ ganó el premio "Resaltar la labor de los corteros de caña de azúcar, pero haciendo que el espectador sintiera la amenaza y los riesgos permanentes: cortarse, enfrentarse con animales venenosos, cansarse hasta más no poder, tener que seguir haciendo esfuerzos y saber que hay que terminar. Esa era la idea central del proyecto que presenté", dice Fabio Melecio Palacios, a propósito de la obra BMR (Bamba, Martillo y Refilón). Original de Barbacoas (Nariño), este artista de 36 años se llevó el VI Premio Luis Caballero, edición 2012, que se entregó el pasado viernes en la sede temporal de la Galería Santafé, pues en su actual espacio del Planetario ya no volverá a presentarse ninguna de las muestras participantes en el premio. BMR (Bamba, Martillo y Refilón) surgió como un homenaje a su padre, experto en cortar caña y acompañante fiel del proyecto, pues el artista hizo una instalación en la que llenó el techo de machetes y afiladores, que colgaban dándole un aire de cañaveral a la sala, a lo que le añadió un video de las plantaciones y un performance, en el que participaron su padre y dos corteros más que se dedicaron a afilar sus machetes durante la muestra. Todo ello con el fin de "incluir una nota melodiosa; es decir, el sonido del afilado, del roce de la piedra con el acero, porque eso da algo de nostalgia, de sentimiento de pertenencia a lo cultural y a lo afro, pues la mayoría de los corteros son afrodescendientes", sostiene el artista, para quien el afilado es una síntesis de su trabajo y el de su padre. Desde antes de saber que sería suyo el galardón, uno de los más importantes que se conceden en país, Palacios aseguró que participar fue un reto muy grande: "Me sentí muy afortunado, soy el primer artista afro que ha hecho parte de la muestra y era una meta lograrlo. Solo por eso, ¡alabado sea Dios!". Tomado del periódico El Tiempo, 19 de diciembre de 2011 |
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El artista Fabio Melecio Palacios, nacido en Barbacoas (Nariño) en 1975, es el ganador del "6° Premio Luis Caballero" , con su "Proyecto los BMR (bamba, martillo y refilon)". Su muestra fue la tercera exposición que se presentó en la Galería Santa Fe (del 4 al 30 de junio de 2011). El artista recibe como premio un estímulo de $50 millones por parte de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y el Instituto Distrital de las Artes. Conozca aquí en qué consiste el proyecto.
"Proyecto los BMR" es una instalación de 582 machetes usados por los corteros de caña durante varios años, que han sido desechados por sus dueños luego de cumplir una vida útil y que corresponden a los nombres bamba, martillo y refilon.
Según el jurado del Premio, conformado por Mariángela Méndez, Beatriz Eugenia Díaz y Jaime Ávila, "Los BMR es una obra conmovedora. Logra transmitir la sensibilidad del artista frente a una realidad que lo toca de manera muy cercana. Tomando una herramienta, que en muchos casos hace referencia a la violencia precaria de campesinos más que a su propia función de cortar infinitos surcos de caña, reivindica un oficio silencioso, meticuloso, poético y ancestral por medio de la música pura que se genera en dispendiosas e invisibles jornadas de trabajo.
Con versatilidad y paciencia, la Galería Santa Fe, quedó trasformada en un fragmento invertido de un latifundio sin límites que en su propio silencio reclamó ser escuchado. Reafirma su pertinencia el hecho de que en este contexto histórico nacional y global, caracterizado por un malestar generalizado de distintos sectores que se unen para marchar a lo largo y ancho de calles y carreteras, y ocupar masivamente espacios públicos en ejercicios liberadores contra sistemas represivos o conductistas, esta obra se percibe como una manifestación de protesta silente.
La sigla BMR predispone al espectador a ver una muestra de autos para luego adentrarlo en una experiencia muy distinta. Como en el propio cañaveral ondeando con el viento, del techo de la galería colgaban 582 hojas metálicas bruñidas por el uso y el sudor; machetes empleados por los corteros durante años -la bamba, el martillo y el refilón-, ya desechados, que hacen un homenaje al padre de Palacios. Un performance de afilado realizado por él y dos compañeros corteros, la indumentaria de trabajo dispuesta en un extremo y un video de las plantaciones completan el montaje.
Las herramientas, testigos y protagonistas de horas de labor física, evocaban tanto el orgullo de un oficio, como la sujeción y la lucha de un poder negro incansable; son objetos que señalan nuestra vulnerabilidad y a la vez se plantean como insignia de la supervivencia de una etnia. «¿Quién nos hace lo que somos? ¿Desde qué imaginarios nos observa el otro según el atuendo, la piel, del carro que tenemos, la forma en que comemos?», pregunta el artista.
Este proyecto busca reconstruir y revalorar toda una serie de sucesos del diario vivir, costumbres de una comunidad, la identidad de una nación, o simplemente gestos que están presentes en nuestras vidas. ¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar a la expectativa? Estos objetos evocadores, como los son los machetes, buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro incansable ante una constante supervivencia racial.
¿BMR ó BMW? He ahí la cuestión
El ser humano siempre está en búsqueda de una identidad (social, política, económica, intelectual, artística, etc.). Para algunos esta posibilidad está ya definida por su manera de ser, por lo que hacen, por sus gustos o por sus formas de relacionarse. Para muchos el estar in es lo mejor pero esta cualidad del esnobismo (tendencia a ir por el lado de las modas) es muy relativa dependiendo de los espacios, los lugares y las comunidades donde se manifieste.
Por ejemplo, para nadie es deshonroso tener un lujoso auto BMW, o tener a su disposición las últimas tecnologías; por su parte, para un cortero de caña su honra está en su herramienta de trabajo: un afilado machete ojalá de marca Gavilán Colora'o Bamba. Este objeto es su amuleto y es como el auto que le da el confort, la distinción dentro de su gremio, y es el objeto que tienen que consentir constantemente para mantenerlo a punto.
Desde este punto de vista, Fabio Melecios establece una analogía entre el objeto hermoso-lujoso y el objeto desechado-reciclado, y el riesgo que contrae cada uno.
"¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y de cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar expectantes?", afirma el artista. "Estos objetos evocadores buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro ante una constante supervivencia racial".
Habla Fabio Melecio Palacios
¿Cuál era el objetivo de esta instalación?
Mi idea fue predisponer al espectador a ver una muestra de autos, los BMW. Para sorpresa de ellos dentro de la Galería se encontrarán con los BMR, colgados de la parte superior de la sala: son solamente machetes usados por los corteros durante varios años y que han sido desechados. A eso responden las iniciales de mi proyecto: Bamba, Martillo y Refilón.
¿Qué otros elementos acompañaron esta instalación de los macheetes?
Un video mostrando a un cortero realizando su incansable labor de cortar tallos de caña de azúcar, y en el que se evidencian diversos aspectos propios del gremio de los corteros.
¿Que buscaba despertar en los espectadores?
Me interesaba poner acento en la experiencia sensible del espectador actual en esta particular circunstancia, y plantear la posibilidad de recuperar su capacidad de conmoción ante lo grandioso o amenazante. En gran medida porque conecta un sentimiento de vulnerabilidad y temor que es inherente a nuestro horizonte histórico y nos hace tomar conciencia de las consecuencias del avance de los proyectos modernos que privilegian el medio que habitamos.
Contactos del artista:
fabiomelecio@yahoo.es
Su perfil en Facebook
Inauguración de la exposición Bamba, Martillo y Refilón, del artista Fabio Melecio Palacios, tercer nominado al premio Luis Caballero. Una instalación, un video y una acción componen su propuesta. A pesar de ser un artista poco conocido en el medio bogotano, muchas personas colmaron la Galería Santa Fe, en claro apoyo a las actividades de la Galería Santa Fe, así se esté desmoronando en medio de la indiferencia de los artistas que allí fueron exaltados estética y económicamente. Vi a muchos protagonistas del campo artístico: Jairo Valenzuela, Santiago Rueda, Fernando Pertuz, Gustavo Villa, Ricardo Arcos, José Orlando Salgado, Juan Carlos Guerrero, entre otros. Llama mi atención la presencia especial del maestro Jaime Cerón en el evento, precisamente en este momento crítico, ¿podría interpretarse este gesto como una señal de apoyo a la Galería Santa Fe? Por supuesto que sí. Ojalá el Ministerio de Cultura se decida a aportar ideas al Idartes y finalmente saque al premio Luis Caballero del limbo en que se encuentra. Sin duda alguna, el Ministerio de Cultura se reivindaría ante la opinión pública de Bogotá, si logra desempantanar el estímulo más importante para las/los artistas colombianos. Interpreto la presencia inusual de Jaime Cerón en esta inauguración como un mensaje al DistrIto Capital, en el sentido de que considera el Luis Caballero como un estímulo de INTERÉS NACIONAL, y que le interesa participar en el frustrado diálogo entre artistas e instituciones distritales.
La maestra Beatriz Eugenia Díaz, único jurado presente en esta ocasión, acompañó esta puesta en escena del tercer nominado. Los otros dos jurados no se hicieron presentes, a pesar de que tenían una cita con el artista a las 2 P.M. Sólo cumplió la maestra Beatriz Eugenia. Señal de poco respeto por parte de los otros dos jurados. ¿Cómo podrán evaluar la propuesta de Palacios si no vieron la acción realizada por los tres cortadores de caña que acompañaron al artista en su aventura estética? A mi entender este elemento es fundamental para comprender la riqueza de la propuesta de Palacios. Parece que no todos los jurados se están tomando en serio la responsabilidad que les encomendó el Idartes. En otro momento abordaré el proyecto de Palacios en cuanto tal.